El presente artículo analiza las innovaciones que produjo en el campo del conocimiento la herramienta de la experiencia, introducida desde la teoría feminista en los años ochenta. La experiencia fue una invención epistémica que tuvo como objetivo dar cuenta de aquello que resultaba excedente, subsidiario o invisible a la ciencia legitimada como tal. Este instrumental teórico-metodológico conllevó redefiniciones en torno al sentido de la objetividad y señaló la condición política de una perspectiva declarada neutral. El presente trabajo apunta a alumbrar la potencia crítica que dicha herramienta epistémica tuvo en aquellos años, para lo cual elige la perspectiva histórica. Asimismo, el artículo avanza en un análisis crítico en torno a ciertas modelizaciones contemporáneas de dicha herramienta. En este sentido, el artículo aspira a agudizar la vigilancia epistémica y a revisar los compromisos que ha ido adquiriendo con la institucionalización de la perspectiva feminista de las últimas décadas. […]
El objetivo de este artículo es analizar el modo en que el nuevo materialismo y el giro afectivo dan cuenta de su propio surgimiento en una serie de relatos fundacionales que toman como antagonista principal al giro lingüístico y/o al construccionismo social. En estas narraciones se sostiene que el problema de las teorías que privilegian al análisis discursivo y cultural –entre las que se suele incluir a la teoría feminista y queer– es que sobrestiman la importancia del lenguaje al mismo tiempo que malinterpretan la naturaleza de la materia. Este artículo examina los mecanismos textuales que permiten legitimar estas nuevas comunidades intelectuales a partir del distanciamiento y la exageración de los males del pasado. Lo que se intentará demostrar es que, para lograr su cometido, estos relatos despliegan una serie de vicios narrativos y problemas conceptuales que el presente escrito pretende discutir […]
El presente escrito se dirige a mostrar la relevancia filosófica de realizar una reflexión situada y concreta respecto a la filosofía hecha por mujeres en Chile. Para ello, en primer lugar, apoyándose en las herramientas conceptuales brindadas por Arturo Roig, se propone mostrar la necesidad de un sujeto filosófico plural, un “nosotros” que, además, debe ser sexualizado, vale decir, debe ser entendido concretamente como comunidad constituida con mujeres que hacen filosofía: nosotras. En segundo lugar, el texto realiza una mirada panorámica de la situación de este “nosotras” en el contexto filosófico chileno en sus campos más visibles como son la publicación de libros, proyectos de investigación financiados por el estado y situación contractual de las mujeres filósofas chilenas. […]