María Stella Toro

Carta a Bety (Lanzamiento Revista Catáloga Nº7)

Cómo estás, a través de la Licha supimos que estuviste hospitalizada y que tu salud está mal, con las compañeras de las ReSueltas nos quedamos pegadas con que tienes 83 años, pero en realidad eso fue antes del estallido social y antes del Covid 19, que nos arrebató a la Miriam ¿te acuerdas de ella? Pasadas las cuarentenas y una vez levantadas las restricciones con que nos tuvieron encerradas más allá de lo razonable, le hicieron un homenaje y un mural en la población Germán Riesco, en San Joaquín, lo organizaron las vecinas de tantos años, primero por Zoom, pero la actividad fue en la calle como a la Miriam le gustaba y el mural todavía está ahí, encarnado la belleza de lo colectivo y la potencia de las mujeres pobladoras, de sus organizaciones, de sus vidas y de todo lo que articularon y sembraron. En sus últimos años la Miriam estaba super activa en la huerta comunitaria de su sector, la última vez que la vi fue en la casa de la Vivi en El Pinar (fue en septiembre de 2020), estábamos todas con mascarillas y sin poder abrazarnos, que difícil para nosotras que somos tan buenas para los abrazos. […]

Gilda Luongo

Un collage feminista: estallidos memoriosos de la Revista Catáloga N°7

Leo como respiro, cotidiana, vital. Lento a veces, acezante otras y en calma, tan en calma otras tantas. Leo esta Revista Catáloga acezante. Creo que es su enfoque en las memorias feministas lo que me remece. Sí, como feminista añosa el trabajo de memoria me habita. Pienso en Simone de Beauvoir cuando dice, en su libro La vejez, que viejas y viejos lo que más tenemos es pasado. Me dejo llevar por la imaginación en esta lectura y entonces aparece un collage. Un collage antes que nada. La memoria es amante de la imaginación, me dije hace unos cuántos años atrás cuando indagaba en la poesía de mujeres mapuche y sus memorias bellas.
Los colores me invaden, no son solo los que surgen de las gráficas bellas de la Revista. Son los colores de mi memoria que pintan a su antojo las provocaciones que estas mujeres de la Colectiva Catáloga han seleccionado, ideado, sentido, pensado como feministas bellas que son. Las sé a ellas de memoria también. Recuerdo cuando nos encontramos en algún lugar, ¿puede haber sido en Ñuñoa?, en uno de sus talleres de lectura, en ese tiempo se llamaban las “Vaginas ilustradas”. Me invitó en ese entonces Gladys Bustos que andaba con su impulso librero a cuestas, esa mujer lesbiana de amar. Las recuerdo-imagino jóvenes, nuevecitas y briosas. Ahora y aquí, en este presente, su persistencia en el activismo feminista desde la lectura con su Revista me sorprende, me enamora en un azul profundo.
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