En relación con el Derecho, la perspectiva de género se ha estructurado como una potente crítica a algunas instituciones fundamentales. La institución familiar, una de las menos cuestionadas, es la que presenta mayores flancos a partir de los cuales se puede construir la revolución social desde lo sexual, o sea, una verdadera revolución sexual. Dicha transformación ha sido articulada por una parte, con las críticas provenientes desde el feminismo liberal. Postura que evidencian las fallas internas del actual entendimiento jurídico acerca de lo sexual y lo familiar; y por otra parte, la crítica extra-sistémica realizada desde el post-feminismo cuyo discurso resalta la imposibilidad del sostenimiento de lógicas esencializadoras y universalizantes de la vida en sociedad. […]