Jorge Díaz

Un Cuarto Compartido

Las políticas estatales con respecto a las necesidades habitacionales de cierto tipo de familias – digamos tradicionales – implican hasta hoy y seguramente lo seguirán haciendo, la urgente necesidad del establecimiento de un espacio de habitación cerrado, clausurado y mínimo. Cito la página institucional del SERVIU, “dar solución habitacional preferentemente a las familias del primer quintil de vulnerabilidad, a través de un subsidio habitacional que permite el financiamiento de la vivienda”. Estas medidas de alojamiento que el Estado establece sobre los individuos está poblada de ideas y certezas preconcebidas sobre la misma utopía de lo que en chile se ha denominado, sobre-todo luego de los procesos migratorios y metropolizantes de la ciudad, “el sueño de la casa propia”, sueño que claramente no se corresponde con el ideal higiénico y confortable al que aspira y es claro entonces que soluciona de manera mediocre problemas de hacinamiento, que si bien no permiten una elaboración consecuente de la vida en la modernidad y sus supuestas necesidades, sí mitigan las realidades más inmediatas por decirlo de alguna manera. ¿Por qué digo esto?, y es que me refiero principalmente al tema que voy a abordar en este texto, pues es una primicia localizada que surgirá como interrogatorio a las necesidades que me permitirán exponer una suerte de nueva visibilidad, no obstante estos cuerpos y los sujetos que habitan en ellos no son, digámoslo de cierta forma, los participantes oficiales de las épicas de la nación (cuestión que pongo en duda), sino más bien son parte de esa pequeña historia de chile, una historia siempre precaria, más callejera, en la que nos miramos la tristeza diaria como quienes silenciosamente ocupamos la ciudad, en un acto de no renuncia o más bien de imposibilidad de la evasión del fatum […]

Angela Davis

Feminismos negros. Una antología

Publicar esta antología se ha convertido en una cuestión personal al tiempo que política. Puede leerse como otra aportación al (creciente) interés que los feminismos contra-hegemónicos están despertando en sectores cada vez más amplios de los movimientos feministas en España e incluso en círculos académicos. Pero es más que eso; en esta aportación hay también algo personal. Tal vez porque mi interés en los feminismos negros viene de lejos. En el año 2001 abrí la puerta académica a este tema en un curso de doctorado que entonces compartía con mi colega Soledad Vieitez en la Universidad Autónoma de Madrid. Desde entonces y a lo largo de diez ediciones (a las que se han sumado muchos más cursos, conferencias y charlas) he ido presentando y debatiendo con mis alumnos y alumnas estos y otros textos. A través de estas lecturas y debates, he ido construyendo una aproximación personal al pensamiento feminista negro. A ello han contribuido, sin ninguna duda, las sugerentes aportaciones de mi alumnado, al principio sorprendido y después absolutamente fascinado por la particular mirada que las feministas negras estaban incorporando al feminismo, en general, o por los caminos que abrían a la comprensión de las estrategias de resistencia de los grupos domina- dos, así como a su reconocimiento. Afortunadamente algunas de aquellas (entonces) innovadoras lecturas ya no caben en esta antología. Digo afortunadamente, porque algunos de los textos clásicos del feminismo negro ya han sido traducidos al español y son de fácil acceso. La editorial que publica esta selección ha tenido mucho que ver en ello. En su primera y magnífica antología Otras inapropiables ya aparecían bell hooks y Avtar Brah, de quien también se ha editado otro clásico, Cartografías de la diáspora. Ambos están ahora en la bibliografía (en castellano) de mis cursos de postgrado. Tampoco se ha incluido, por las mismas razones, uno de los libros de referencia del feminismo negro (afroamericano), el también traducido Mujeres, «raza» y clase de Ángela Davis. […]

Artículos de revistas académicas

Ética corporal y sexuación: plasticidad y fluidez en el sujeto del postfeminismo

La posición sexual analizada por Jacques Lacan en su Seminario XX (1973) muestra la estructura de la heterosexualidad normativa: un orden binario de los cuerpos sexuados que asumen dos modos excluyentes de la sexualidad. Esta economía sexual se cifra en la ecuación tener/ser el falo. Frente a esta ética corporal lacaniana, el pensamiento feminista ha planteado otras posiciones sexuales. Propongo analizar el feminismo radical de Monique Wittig, interpretando su El cuerpo lesbiano (1973) como un modo crítico de ser el falo lacaniano, y examinar la crítica de Judith Butler con su falo lesbiano (Cuerpos que importan, de 1993). Butler rompe la lógica binaria excluyente, abriendo la posibilidad a un cuerpo sexuado de ser y tener el falo al mismo tiempo. Por último, analizaré la propuesta de los dildos que Beatriz Preciado plantea en su Manifiesto contra-sexual (2002). […]

Alberto García del Castillo

Asalto al poder en el porno. Apropiación y empoderamiento en las narraciones postpornográficas

Es labor de la postpornografía hacer que sexualidades otras y formas nuevas de follar salten al panorama público y, por tanto, político; su discurso crítico revisa la historia del porno desde el post-feminismo y las luchas homosexuales para ganar un espacio de representación y consumo de la sexualidad y permitir la visibilización de lo otro, antes ausente en la pornografía. El postporno, comprendido como representación propia del movimiento queer, alberga en su centro dinámicas de empoderamiento, en estrecha relación con estrategias de apropiación; es toma de poder en si mismo, pero también representación de apropiaciones posibles y creador por tanto de realidades disidentes del discurso normativo. El empoderamiento se juega tanto en el exterior como en el interior del postporno, siendo a la vez agente y documento de apropiaciones.
Indagando en el interior de la narración postpornográfica descubrimos elementos que actúan apropiaciones de poder; la propia historia del postporno habla de la puesta en juego de estrategias de empoderamiento. Identificando estos elementos como actantes, se muestra atractiva la búsqueda de un modelo que permita sondar los mecanismos de empoderamiento jugados dentro de las narraciones postpornográficas; por ello, veremos de qué manera la semiótica se acerca a la propuesta contracultural de este asalto al poder en el porno. […]

Barbara Biglia

Estado de wonderbra: entretejiendo narraciones feministas sobre las violencias de genero

Por lo general, cuando se habla de violencias de género se reducen éstas a las que se producen en el ámbito doméstico y, principalmente, a aquellas más espectaculares, obviándose las que se producen diariamente y las condiciones socioculturales que permiten su existencia. Por ello, en este libro se ha tomado la opción de hablar en plural, como apuesta por juntar voces que lejos de fragmentar permitan entretejer un diálogo colectivo, abordando aspectos que van desde las violencias que se ejercen en el marco de la construcción de la identidad generizada de las mujeres, sus cuerpos, su sexualidad, hasta aspectos como el trato hacia las mujeres inmigradas, gitanas, sin papeles, presas, «enfermas mentales», maltratadas, etc., así como nuestro lugar en la historia, en los medios de comunicación, en la educación, en el poder… […]

Itziar Ziga

Un zulo propio

Beto Preciado me dijo que debía arrancar Devenir perra advirtiendo sobre las dificultades que debe superar una escritora auténticamente perra para centrarse, avanzar y concluir un libro. Precariedad económica y emocional regada con altas dosis de alcohol y espolvoreada por misteriosas sustancias. Mi manada y yo sumidas en una zozobra permanente, deliciosa muchas veces, aunque también desolada. Como una montaña rusa a la que se le hubiera bloqueado la posición de parada […]

Itziar Ziga

Con P de puta (perra)

“Toda chica está sentada sobre su fortuna, si al menos lo supiera”. Así comienza Memorias de una madame americana, la autobiografía de Nell Kimball que Helen puso en mis manos una tarde oscura para arrancarme de las garras de la tristeza. Aquellas páginas manuscritas eran una bomba, no vieron la luz hasta 1970, treinta y seis años después de su muerte. Todavía hoy, me temo que más que nunca hoy, la visión del mundo y de la condición femenina que nos dejó Nell, es dinamita. […]