men: Los nombres del feminismo son actos de xenoglosia que diseminan otros regímenes de habla y escritura, susceptibles de desajustar los formatos regularmente conocidos, legibles y legítimos. Son actos alquímicos que inventan modos de existencia, lenguas extrañas, formas de hacer (micro)política, con los residuos de la máquina semiótica heteropatriarcal que gobierna las palabras y las vidas, y también con los desechos de la institucionalización y normalización del feminismo. Nombres como micro-creaciones de fcciones que montan nuevas conexiones de intensidades, diseminan signifcados inéditos de la resistencia sexo-política desde el sur, con sus marcas inesperadas, sus texturas ásperas, sus tonos extravagantes. En estas errancias por los nombres, hurgando en los remanentes de la hipervisibilidad, el cuerpo se torna plataforma sensible y política de subversión feminista y, desde cinco febriles alquimias del cuerpo como técnicas del saber corporal, habilidades políticas, constelaciones afectivas y micropotencias eróticas del hacer feminista, se compone un feminismo excrementicio […]