Título: Sida y poder
Editoras: Carlos Mendes
Tipo de documento: Libro
Temas: VIH/sida, medicina,
Fecha: 2012
Lugar de Publicación: Buenos Aires
Editorial: Madreselva
ISBN: 978-987-26166-2-5
Título: Sida y poder
Editoras: Carlos Mendes
Tipo de documento: Libro
Temas: VIH/sida, medicina,
Fecha: 2012
Lugar de Publicación: Buenos Aires
Editorial: Madreselva
ISBN: 978-987-26166-2-5
¿?mor? ¿Y tú me lo preguntas? No, nos preguntan otros: ¿por qué lo habéis puesto con una A invertida? Por supuesto, ante una pregunta lo mejor es no responder o responder con otra. Si una responde, es responsable, y si respondes con otra pregunta, eres extraña, rara, gallega. Nosotras somos irresponsables y raras. Una que crea un extrañamiento, una incomodidad, un desplazamiento. Y una inversión y, un poco más allá, una profunda reversión. Somos invertidas. Divertidas, subversivas y pervertidas. Esa es una errata: errar, en el sentido de vagar; errar, en el sentido de equivocarse. Fe de erratas. Tenemos fe en las erratas. Siempre nos equivocamos con el ?mor. Errar es humano, aunque quizás los sujetos abyectos no somos humanos. Herrar es humano, que diría un caballo. No queremos
herraduras, pero sí erraduras.
En matemáticas, el símbolo ? significa «para todo». Y eso es parte de nuestra reflexión. El amor se ha utilizado para todo, que es lo mismo que para nada, amar sin amar. Lo indiferente. Como comodín universal, valor supremo que borra las diferencias de clase, de raza, de género, sin genealogía ni historia, sin memoria, con un deseo petrificado y un porvenir previsible, consumible. «Todo lo que necesitas es amor». Queremos cuestionar ese «para todo» en este libro y escuchar las diferencias, lo no universal, escuchar lo particular, en su dolor y en su gloria. […]
El 17 de mayo es el día contra la homofobia. Por extensión podíamos decir que es también el día
contra la lesbofobia y contra la transfobia. Pero si se fuera riguroso debíamos hablar del día contra
la norma heterosexual, la norma que necesita excluir y minorizar todas las demás practicas
sexuales, y las relaciones y afectos que surgen de ellas. […]
Vedado estaba para la mujer chilena franquear el umbral sagrado del augusto templo de la ciencia. La ley se oponía a ello cerrándole el paso que conducía a las aulas oficiales en las diversas gradaciones de la enseñanza secundaria y superior. La preocupación social que alguien con epíteto duro, pero indudablemente justo tildaría de añejo, se lo prohibía amenazándola con el duro ceño de su solemne encono y hasta con el cruel dictado de la reprobación condenatoria…”. Con estas palabras, que reflejan los sentimientos y actitudes de la sociedad de la época, se graduaba la primera mujer chilena que recibía el título de médica, en enero de 1887, en la Universidad de Chile. Eloísa Díaz fue la primera mujer que obtuvo grados académicos y un título profesional universitario en Chile y Latinoamérica. Ella encabeza el grupo de seis médicas tituladas en el país en el siglo XIX, cuando las puertas de la Universidad se abrieron para las mujeres, luego que en 1877 se dictara el Decreto Amunátegui, que en lo esencial estableció: “las mujeres deben ser admitidas a rendir exámenes para obtener títulos profesionales, con tal que se sometan, para ello, a las mismas disposiciones a que están sujetos los hombres”. El objetivo de este artículo es contribuir a visibilizar la presencia y aporte de las mujeres en la medicina en Chile, desde sus comienzos hasta nuestros días. La ausencia de mujeres en esta área ha sido una manifestación más de la discriminación general contra la mujer en la sociedad chilena y si bien hoy su presencia es importante, y pese a todo lo avanzado, persisten brechas de género que dificultan su acceso a ciertas especialidades, así como a cargos directivos y de liderazgo. […]
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