La primera versión en español de El Segundo Sexo, de Simone de Beauvoir, aparece en Buenos Aires en el año 1954, en la Editorial Psique, con la traducción de Pablo Palant. Esta edición, poco conocida (la de 1962 es mucho más popular), es leída por unas pocas mujeres en Argentina. Sin embargo, ambas ediciones dejaron su huella en las feministas de los años 70 y 80. Nos interesa rastrear el impacto del libro y también cómo el estilo de vida de Simone de Beauvoir, no convencional para la época, influía en la recepción de la obra. Ella y Jean Paul Sartre constituían una pareja “libre” (libertad que también aparecía en las obras de Beauvoir); eran comunistas que iban a Cuba y antimperialistas a favor de la independencia de Argelia. Los círculos intelectuales en Argentina, proclives a la admiración de la cultura francesa, seguían las discusiones sartreanas y muchos y muchas se denominaban existencialistas. Es imposible pues separar la vida de la obra de Simone y eso aparece en los relatos de las mujeres que leyeron El Segundo Sexo en épocas tempranas y que analizaremos en el artículo. […]
Solidaria con la trayectoria del mundo contemporáneo, la teoría feminista ha vivido en las últimas décadas una agitada época ocupada en la revisión de su propia tradición y dedicada así mismo a la ampliación de intereses y multiplicación de enfoques. Una de las coordenadas que ha permitido ordenar conceptual, y también políticamente, este rico y sin duda complejo panorama es la oposición establecida entre el feminismo de la igualdad y el feminismo de la diferencia. Se trata de una tipología clásica, y especialmente cultivada en el contexto académico español, que se hace cargo del intenso debate mantenido entre quienes sitúan la reflexión de género en la estela del proyecto ilustrado, comprometiéndola con los valores igualitaristas, universalistas y humanistas que lo vertebran, y quienes pretenden, por el contrario, desvincularla críticamente de este discurso acusándolo de androcentrismo. Este segundo frente tiene una significativa afinidad con el pensamiento postmoderno y, de idéntica manera que éste no se deja reducir a una única fórmula, el rótulo feminismo
de la diferencia se ha visto obligado a acoger movimientos muy diversos, y a veces un tanto dispares, que guardan a su vez relaciones varias con los planteamientos básicos del feminismo de la igualdad. Por su parte, esta otra denominación está lejos de ser unívoca, exigiendo así mismo precisiones y subdivisiones capaces de dar cuenta de la totalidad de sus alcances y desarrollos […]
Beto Preciado me dijo que debía arrancar Devenir perra advirtiendo sobre las dificultades que debe superar una escritora auténticamente perra para centrarse, avanzar y concluir un libro. Precariedad económica y emocional regada con altas dosis de alcohol y espolvoreada por misteriosas sustancias. Mi manada y yo sumidas en una zozobra permanente, deliciosa muchas veces, aunque también desolada. Como una montaña rusa a la que se le hubiera bloqueado la posición de parada […]