¿Puede haber un movimiento internacional verdaderamente alternativo,
contestatario y contracultural que se yerga bajo la consigna de lo “queer”?
¿Constituye la conservación y diseminación de dicho vocablo la mejor forma de señalar la diversidad génerico-sexual en una escala planetaria? ¿Constituye la traducción o la promoción de otros vocablos una opción necesariamente más atenta a la diversidad o refuerza, en cambio, actitudes de esencialismo etnolingüístico y de división nacional? ¿Hasta qué punto se puede desligar —o es políticamente productivo desligar— un vocablo del contexto en el que surge? De hecho, ¿qué importancia puede tener un solo vocablo, sea el que sea el contexto en el que surge? En lo que sigue, quisiera efectuar primero un sobrevuelo de la teoría queer tal y como se ha ido elaborando en un contexto hispanohablante, prestando especial atención a cuestiones de lengua, nacionalidad e historia, para pasar luego a una breve presentación de la obra del brillante poeta, ensayista y activista argentino Néstor Perlongher (1949-1992) como ejemplo de una producción diferente aunque afín a la teoría queer.2 Mi objetivo no es ni “enfrentar” ni “reconciliar” a Perlongher con la teoría queer, la cual empezó a cuajar como tal después de la muerte del argentino, sino trazar algunas coincidencias, tensiones y divergencias que tal vez ayuden a complicar—espero que fructíferamente—la teoría y su práctica en un plano internacional […]
El feminismo, como variable analítica y epistemológica, se integra cada vez con más fuerza en nuevos espacios de pensamiento y reflexión crítica, abriendo la posibilidad de imaginar nuevas configuraciones sociales en las cuales las diferencias entre hombres y mujeres ya no sean articuladas o experimentadas en términos de desigualdad. ¿Qué sentido tiene pensar la colonialidad y sus potencias en una clave feminista? ¿Cómo pensar las identidades mujer/mujeres desde una perspectiva que ponga en tensión el género y las tradiciones del pensamiento anticoloniales? ¿Es posible pensar en la colonialidad desde una clave de género? ¿Es posible desdoblar el género y librarnos de las normas que muchas veces se levantan desde los discursos que han venido a rescatarnos? […]
Este artículo busca dar cuenta de las formas que adoptaron, sobre la primera mitad del siglo XX, las representaciones literarias de las afectividades lesbianas. Por un lado, se observará el modo en que las estrategias textuales, las modulaciones genérico-literarias y las figuraciones del yo que proponen los textos establecen diálogos o desvíos en relación con otras narrativas sociales. Por otro lado, se revisitarán algunas de las primeras ficciones lesbianas de la literatura argentina (Gómez Carrillo, Bunge, Barón Biza, Mallea y Medina Onrubia) con la certeza de que estos materiales no sólo habilitan cierta reflexión histórica sino que, además, mientras se inscriben en los debates relativos a la construcción de la Nación y/o del campo cultural, proponen modelos o políticas literarias y sexuales alternativas y activan la lectura de algunas relaciones que la cultura argentina ofrece entre textos y cuerpos, entre lo nacional y lo extranjero, entre políticas sexuales y políticas literarias, entre pasión y escritura. […]