La ciencia ficción es una vertiente de la literatura en constante expansión pero aún muy poco conocida, sobre todo entre el público femenino, por el prejuicio de que es un género orientado al lector masculino y tecnófilo. Aquí pretendo rebatir este prejuicio reflexionando sobre el trabajo realizado por las autoras de CF y sobre el impacto del feminismo en el debate académico en torno a la naturaleza misma de la CF, en especial dentro del entorno estadounidense. También analizo de manera comparativa cuatro muestras muy dispares del género de la CF. Se trata de dos libros escritos por mujeres –La mano izquierda de la oscuridad (1969) de la norteamericana Ursula K. Le Guin y La mutació sentimental (2007) de la catalana Carme Torras– y de otros dos libros escritos por hombres pero protagonizados por mujeres: Matter (2008) del escocés Iain M. Banks, y El mecanoscrit del segon origen (1979) del catalán Manuel de Pedrolo. […]
Este articulo explora los diversos discursos generados acerca de las mujeres, del feminismo y del sufragismo en los años que se suceden desde los albores de las primeras reivindicaciones feministas hasta la época en que finalmente las organizaciones sufragistas conquistaron la igualdad de derechos políticos para las mujeres, y de cómo influyeron en la historia de la lucha por el sufragio femenino. Interesa ante todo el pensamiento de las mismas mujeres, las primeras que rompieron la tradición y empezaron a hablar y escribir para el público femenino sobre ellas mismas. Escribieron para proponer una nueva mujer, aunque en esa toma de la palabra las opiniones las dividieron en torno a asuntos tan álgidos como la educación, el voto, y el trabajo. Queremos mostrar como fue ese transito a la conquista de la ciudadanía. El artículo se divide en dos partes: una primera da cuenta de la lucha de las mujeres en América latina y la segunda se centra en el caso de Colombia. […]
El texto se juega en una clasificación provisoria para un (in)cierto orden de los feminismos del Sur. Desde la forma en la que se (auto)denominan o se (des)nombran los feminismos, se invita a recorrer y saltar por tres casilleros. En el primero, los feminismos se aluden, se nombran, se distinguen de otros. El segundo casillero elude las denominaciones en los bordes y las desfiguraciones de los nombres. El tercer espacio se abre a poéticas de la ilusión que, desde el arte, dicen de otros modos los feminismos del Sur. […]