El libro constituye un esfuerzo por abordar un vacío analítico a la vez que define una propuesta política. Y es que este texto emerge de ese encuentro entre investigación académica –se inscribe en un proyecto del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid al que Silvia L. Gil estaba adscrita– y el activismo de la autora vinculada desde hace años a la Eskalera Karakola.1 Produce, por tanto, un “conocimiento situado” que, sin embargo, no es explicitado ni problematizado a lo largo del texto: ¿Qué permitió y qué dificultó esa posición en los feminismos para la realización de la investigación? […]
Con base en la reflexión acerca de los procesos de explotación/dominación fundados en el período colonial en territorio brasilero, buscamos relacionar la institución del sistema capitalista moderno colonial con las marcas visibles e invisibles de la colonialidad de género (Lugones, 2008) sobre los cuerpos de mujeres brasileras (indígenas, negras, mestizas y blancas) en la actualidad. Por medio de la revisión de la producción intelectual de feministas brasileñas (Gonzalez, 1984; Carneiro, 2003; Ribeiro, 2017) y latinoamericanas (Lugones, 2008; 2014; Anzaldúa, 1987) y de la idea de locus fracturado, presentamos una propuesta feminista decolonial que permita, al mismo tiempo, la superación de la perspectiva identitaria fundada en las jerarquías y dicotomías del Sistema Moderno/Colonial de Género heteropatriarcal, racista y capitalista; y la articulación entre movimientos feministas y de mujeres basados en la escucha radical de las múltiples experiencias de sujetas marcadas de forma desigual por la colonialidad de género […]
Para identificarse y reconstruir una visión de mundo propia, los movimientos feministas latinoamericanos debieron asumir una genealogía producto de la colonialidad y rebelarse contra ella. La resistencia al genocidio indígena y a la esclavitud, a la violencia sexual de la colonización, a la negación de la propia cultura; así como a la inferiorización de sus capacidades de conocimiento y el mestizaje compulsivo, fueron ejes de reflexión y organización. Asimismo, el feminismo latinoamericano debe reconocerse en una posición subalterna respecto a los feminismos europeos y norteamericanos, pero también al interior del propio pensamiento latinoamericano, que sistemáticamente desconoció e invisibilizó las epistemologías del feminismo y sus aportes a la teoría crítica. El presente artículo se propone aportar a la reconstrucción de los ejes que han sido centrales para el feminismo de la región, así como desarrollar las herramientas teóricas que intentan abordar los procesos de subalternidad de las mujeres y expresiones de género no dominantes a nivel geopolítico, económico, social y de género, más allá del relato eurocéntrico dominante. Dada la situación en que nos encontramos los pueblos latinoamericanos, ser parte de la recuperación y elaboración de teorías feministas latinoamericanas y decoloniales que piensen la región, se torna una tarea política y científica urgente. […]