Teniendo en cuenta aquellos debates del “giro afectivo” relacionados con la ponderación disidente de ciertas trayectorias emocionales queer que se consideran fracasadas o malogradas (Halberstam, 2018; Love, 2007b, 2015), en este trabajo me interesa examinar algunos textos de Alejandro Modarelli -en particular, algunos relatos de Rosa prepucio (2011) y La noche del mundo (2016)- con el objeto de analizar el vínculo que sus crónicas trazan entre vejez marica e (in)felicidad. Si bien su narrativa ha sido leída atendiendo a la temporalidad anacrónica de la loca nostálgica que desafía el conyugalismo gay (Solana, 2017), entiendo que su trabajo también puede ser abordado en el contexto de las formulaciones que Heather Love (2007a) o Sara Ahmed (2019) han realizado respecto del “derecho a la infelicidad” o “la libertad de ser infeliz”. En ese marco, entiendo que las maricas viejas de la narrativa de Modarelli encarnan “afectos extranjeros” que interpelan y conmueven positivamente las gramáticas emocionales que el statu quo homonormado hoy convalida como apropiadas o deseables, componiendo así una est/ética disidente que entiende en otros términos lo que una vida buena pueda significar […]
A pesar de que la crítica y la narrativa lesbiana se han desarrollado extraordinariamente en los últimos años en Estados Unidos, donde se han transformado en paradigma teórico modélico, en Europa, y aun más en España, su auge ha sido mucho menor. Ambas disciplinas perpetúan en nuestro país su imagen soterrada basada no sólo en la ocultación, sino incluso en un cierto temor que se manifiesta tanto en el mundo editorial como académico ante el rechazo social que el concepto del lesbianismo ha generado tradicionalmente. No obstante existen ciertas obras que permiten lecturas de la narrativa lesbiana contemporánea, y en el presente artículo se analizan someramente las principales aportaciones de dos novelas de la década de los noventa: Efectos secundarios de Luisa Etxenike (1996) y Tu nombre escrito en el agua de Irene González Frei (1995). Ambas obras son radicalmente distintas en su concepción social y sexual, y resultan reveladoras de ciertas actitudes y tendencias actuales. En este estudio se inscriben las dos novelas en la tradición de escritura lesbiana existente hasta entonces en España […]
Gilda Salinas rompe las unidades cuentísticas tradicionales al hacer de cada texto de Del destete al desempance. Cuentos lésbicos y un colado un episodio en la vida de una lesbiana que, con “voz propia”, narra sus peripecias nocturnas por la ciudad de México, de los años setenta a la actualidad. Al ubicar las acciones en sitios de diversión lésbica que no existen más, la voz, cual cronista, rescata un ámbito de la vida homosexual a la vez que fija bromas y códigos lingüísticos que por su origen oral hubieran corrido el riesgo de perderse con las generaciones que los
animaron. Sus estrategias carnavalizan el tema lésbico a la vez que legitiman la validez de las búsquedas expresivas y de comportamiento del ser lesbiana en un tiempo y en un lugar. Su aportación en los planos del género literario y de la formación de constantes en la narrativa homosexual mexicana indudablemente enriquece los medios expresivos, la visibilidad, la diversidad, las vidas y las historias de la y las lesbianas. […]